El portal que comparte sus ingresos

... no tengo ganas de hacer nada.

Esas que siempre quise hacer realidad. las promesas se hacen para ser cumplidas, y yo debo algunas por realizar. Me cuesta demasiado fundirme con la sociedad. No encuentro sentido a apenas nada mientras me refugio en mi amplia colección de cine clásico. Antisocial, dirán algunos. Sí, es posible. Nunca se me ha dado bien relacionarme. Solo cuando estudiaba arte dramático y me ponía la máscara de fuerte y chica encantadora. Aunque realmente nunca lo he sido. Educada si, lo intento siempre. Pero me temo que de encantadora tengo apenas nada.

Pero todo esto me quema. No veo colores donde todo el mundo ve. Y tengo miedo de estar metida en una espiral sin salida. ¿Os acordáis de aquella película de los años 80 de El día de la marmota? Creo que la edición en España fue "Perdido en el tiempo" (Gracias a los grandes traductores de títulos en Español) y en ella, el protagonista se levanta todos los días en el mismo día. El día en el que tiene que cubrir un reportaje como periodista en un pueblo donde celebran la llegada del invierno con la salida de una marmota (Llamada Phil), y al día siguiente todo se repite con un golpe de despertador mientras suena Cher cantando aquello de I've got you babe.

Y me siento igual. No tengo colores en mi vida. Si hasta prefiero editar vídeos en blanco y negro porque me duele a la vista verme en color. Dos amigos de toda la vida. Toni y Silvia. hace unas semanas les dije adiós. Incluso ellos me parecen demasiado cromáticos. Y ya no se si me estoy volviendo insoportable o que no encuentro conexiones para con los demás.

Un ex-amigo psicólogo dijo que yo nunca quería conocer gente nueva por el temor a que muriesen. Y tal vez no está tan desencaminado. Lo pasé demasiado mal con la muerte de Daniel. Y años después todavía no he logrado olvidarle. Y quien sabe si superarlo. Solo se que estoy agotada de sufrir. Y el dolor emocional es mucho mas cruel que el físico. Ya que me temo que no hay medicina que cure el interno. Y puede que por eso me proteja.

Ya no se qué pensar. Ni tan siquiera se si merece la pena pensar en algo así. Solo se que es muy triste. Muy triste que con esta edad esté como esté. Toni, que siempre supo como animarme, me decía en ironía que al menos, yo no tenía que soportar a un novio celoso que solo pensase en fútbol y lo demás. Yo al menos tenía libertad para hacer y deshacer a mis anchas. Pero me agota, ni tanta libertad ni tanta represión. Y es en momentos como estos en los que pienso que sería mucho mejor terminar con todo de una vez. Porque sinceramente, no puedo imaginar la ansiedad que tendré dentro de un año cuando todo sea peor y dentro de dos, y tres y cuatro. Sobretodo cuando se que la única culpable de todo esto, soy yo. Si soy yo la que no quiere saber nada del mundo, ¿Qué mundo va a poder salvarme?

1 comentario:

Morayma Nazarí Amaral dijo...

A mí me pasa lo mismo.... mi padre siempre dice que hay que fijarse en las "pequeñas cosas". Por ejemlo, yo he cambiado la plantilla de mi blog y ha quedado muy bien. Entonces, he sentido una gran satifación, hay que disfrutar de eso.
http://elblogsobreruedas.blogspot.com/