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... ¡Quiero Gritar! (Capítulo 1)

¿Conoces esa típica sensación de querer escapar de todo, arrancarte la piel a mordiscos, subirte en lo alto de una montaña y gritar a los cuatro vientos ¡NO PUEDO MÁS!?

He tenido una de las peores semanas de mi vida. Y no estoy dramatizando. Incluso ha sido peor que la semana en la que me detectaron mi enfermedad, que ya es decir... No, ha sido un cúmulo de factores que me han llevado hasta este Pc, con temblor en los dedos y con la tensión arterial apunto de hacer que mis cables se colapsasen. Y es que siempre he sido una mujer demasiado rutinaria y extremadamente perfeccionista. Dos de los factores incompatibles para esta sociedad. Siempre deseo tenerlo todo programado con días de antelación y todo tiene que salir siempre bien. De ahí supongo que viene mi esfuerzo sobrehumano por querer salvarme de todo lo que ocurre en mi salud. Tal vez sea a causa de mi estricta educación o de mis modales refinados que rozan lo aburrido. O quizá se trate de mi visión de que un mundo ordenado y planificado no llevaría a equívocos. Quien sabe...

Sea del modo que sea, hoy no estoy aquí para hablaros de ordenar agendas ni limpiar habitaciones. Hoy vengo a hablaros de la raíz central por la cual grito que NO PUEDO MÁS!.

Hace dos años y 3 semanas, sentada en una consulta medica de rutina anual, detectaron que algo dentro de mí no iba bien. Yo ya había notado ciertos dolores físicos al mantener relaciones intimas con mi pareja pero supuse por mi misma que debía tratarse de algún tipo de cambio hormonal usual en mi de los que anualmente y por cambios de temporada climática, no solía hacer caso (Recomendación: Ante CUALQUIER dolor, acude a un médico!). En aquella revisión se me tomaron varias pruebas (analíticas, ecografías de la zona del estomago, placas, etc etc...) y me citaron para obtener las respuestas días después. Me quedé tranquila. Nunca he sido de preocuparme en exceso por todo aquello que desconozco. Si no se que de se trata, ¿De qué voy a preocuparme?

Al cabo de unos días, acudí al doctor que lleva mi caso y con rostro pálido me comunicó que debían practicarme una biopsia de urgencia pues los dolores vaginales que sentía eran a causa de una serie de pequeños tumores surgidos en las paredes internas de mi vagina. En aquel momento si que me asusté. Hacía años que no me sometía a una operación importante (2001 - Apendicitis) y pensé que tal vez las cosas iban a cambiar en aquel momento. El medico me facilitó el contacto del doctor que en unos días iba a intervenirme y me puse en contacto con él para que me explicase el tipo de operación de la que se trataba.

Cabe decir, como paréntesis en mi historia, que todo el personal sanitario y clínico (hospitales, clínicas, médicos, cirujanos, enfermeras...) todo ha sido a través de la sanidad privada. Tengo noción de que la sanidad pública hace muy bien su trabajo y con excelentes resultados pero, como manía personal, siempre he preferido el trato que aportan en el sector privado además de toda la rapidez de fechas y aporte de resultados.

Retomando la historia, a los pocos días estaba ingresando en una importante clínica de Barcelona. Día 3 de Julio del 2007. Me operaban al día siguiente, el 4. Pero aquel día previo se dedicaron a depurarme por completo a través de zumos de manzana, agua y medicinas horrorosas para mis papilas gustativas. El cirujano vino a visitarme aquella tarde a mi habitación y me explicó detalladamente todo lo referente a dicha intervención. Extirparían todos los bultos visibles y si viesen que el tejido quedaba deteriorado o rasgado en exceso, a través de una leve "cesárea" y accediendo a uno de los apéndices que tenemos inservibles en nuestro organismo, con dicho tejido, crearían una nueva cavidad vaginal (Operación llamada: Vaginoplastia) y así los tejidos dañados se reconstruirían sin problemas.

A la mañana siguiente, una enfermera vino a comprobar si estaba preparada para la operación y me notificó que en escasos minutos, un enfermero vendría a llevarme en camilla hasta quirófano. Cerca de las 11 de la mañana (Como comprenderéis, no se me olvidan las fechas ni las horas de esos días) llamaron a la puerta y me llevaron al sitio desde el cual, un antes y un después se ceñiría en mi vida... una vida que "empezó de cero" y con un panorama sensitivo-emocional completamente diferente al anterior.

...Continuará...


Charles Aznavour & Nana Mouskouri - Mourir d'aimer

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